La Noche de San Juan
El Sol sigue girando, siempre lo hace y siempre brilla, lo veamos o no, pues la naturaleza tiene muchas maneras de mostrarnos su poder y uno de ellos es el cambio, la transformación y evolución contínua.
En ese perpetuo brillar y girar, el Sol nos muestra hoy su dominio dándonos el día más largo del año, el de más luz, con su noche más corta. La Noche de San Juan
Y nosotros buscamos la manera de alargarlo todavía más con nuestras hogueras, encendiéndolas a las doce de la noche, como diciéndole al Astro Rey: “aquí estamos, manteniendo la luz, alejándonos de las tinieblas”
Porque hoy celebraremos la noche de San Juan, corroborando la llegada del verano, esa estación del año de largos días y festivas noches, la de la luz, el calor, la juventud de la naturaleza.
Son muchas las tradiciones recogidas de nuestros ancestros: encender las hogueras, saltarlas, quemar en ellas los deseos, enramar las fuentes, bañarse en el mar, rondar a las jóvenes, unirse en círculos danzantes para despertar la tierra con férreo pisar y bello cantar…
Tradiciones similares en todos los pueblos, en todas las culturas, en todos los continentes.
Una de ellas es especial, mitológica, simbólica: liberar a la Xana de la cueva enfrentándose al Cuélebre.
El gran Caro Baroja relaciona a las xanas con Artemisa, la diosa griega habitante de cuevas, la cazadora, la de los partos, la virgen, la colaboradora de Troya, la eterna perseguida por Hera, la hermana de Apolo.
El cuélebre es nuestra serpiente emplumada, nuestro dragón alado, el guardián de los tesoros y secretos de la cueva.
¿Qué harás tu La Noche de San Juan?
¿Encenderás la hoguera y quemarás todo lo malo para con sus cenizas plantar lo bueno?.
¿Saltarás el fuego, te bañarás en el mar y purificarás cuerpo, mente y espíritu?.
¿Enramarás tu fuente, liberarás a tu xana, te enfrentarás a tu cuélebre, le cantarás a tu amada?.
¿Entiendes, verdad, que me refiero a tu mundo interior, tu psiquis?
Porque, si queremos, cada noche puede ser la Noche de San Juan, cada día el más largo, cada noche la más corta y entonces entonar “¡Ay!, un galán de esta villa, ¡ay! un galán de esta casa»
¡En Centro Retamas, hacemos por ello!
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