¿Cómo meditar con un jardín japonés?
En nuestro anterior post aprendimos a crear un jardín japonés.
En este vamos a decidir si lo queremos sólo como objeto decorativo o como algo más.
Podemos aprender cómo meditar con un jardín japonés
El jardín japonés también se conoce como jardín zen.
A todos nos resulta familiar el término zen y lo asociamos a un estilo de vida, una decoración minimalista.
Los chinos llevaron a Japón el budismo chan, allí se transformó en budismo zen.
Se ha hecho habitual entre muchos de nosotros la práctica de la meditación zen, sencilla y austera: un zafu, un mudra y meditar.
Zen es conciencia de cada momento; centrarse en el aquí, en el ahora pues pasado y futuro son dos caras de la misma moneda llamada presente.
Pero ¿Cómo meditar con un jardín japonés?
Ya sabemos el significado de la arena en el jardín, es el mar; también el mar de tu mente, serena, inquieta o brava.
Rastrillar la arena se convierte en un acto meditativo, reflexivo, de vaciar y limpiar pensamientos, emociones, sentimientos negativos.
Las piedras representan en el jardín las islas en el mar, pueden estar atadas por una cuerda entre sí. Representa con ellas tu solidez, tu fuerza, tu equilibrio.
¿Cómo meditar con un jardín japonés?
Desconecta del exterior, apaga o silencia el móvil.
Siéntate ante tu jardín japonés en una silla, sobre unos cojines en el suelo, en posición de loto, zazen o quédate de pie.
Puedes adornar tu espacio exterior con música adecuada, incienso o un quemador de esencias.
Y sólo rastrillea tu mente.
Apaga tus pensamientos negativos, tu estrés, tu ansiedad. Silencia la ira, la frustración, los miedos e inseguridades.
Enciende tu positividad en pensamientos, sentimientos, en serenidad.
¿Cómo puedes meditar con un jardín japonés?
Es fácil, por un rato, apágate al exterior y enciéndete al interior.
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