DIA MUDIAL DE LA HOMEOPATIA
En su libro “Entre el Cielo y la Tierra” Harriet Beinfield y Efrem Kotrngol cuentan como a comienzos del S. XX las fundaciones Carnegie y Rockefeller subvencionaron un estudio sobre las universidades de medicina en EEUU para potenciar aquellas que estuvieran interesadas en el promover la medicina científica. Algunas –como las universidades para negros- ni tan siquiera tenían opción a participar. En 1910 el Informe Flexner recomendó la financiación de aquellas universidades comprometidas con la investigación científica basada en los modelos cartesianos desarrollados en ese siglo, del que se excluían naturopatía, homeopatía y fitoterapia utilizadas por el 80% de las universidades adheridas a la doctrina vitalista cuya base es “el hombre ayuda, la naturaleza cura”.
Hoy 10 de abril, se celebra el Día Mundial de la Homeopatía. El mundo se divide entre sus usuarios y los detractores. Por supuesto, como todas las doctrinas tiene sus limitaciones –también la medicina científica y alopática- y también aquí nos encontramos con profesionales más o menos hábiles –como en todas las especialidades- a la hora de diagnosticar. También en la responsabilidad del paciente.
Desconozco cuál es el motivo o quizás prefiero no ahondar en ello en este momento pero en la mayoría de las personas noto un comportamiento infantil hacia su salud y una falta de responsabilidad. Sí es cierto que el médico, sea cual sea su especialidad y la técnica que utilice, es el “sabio director” de orquesta, pero considero que los pacientes debemos comportarnos con responsabilidad y madurez ante la situación, asumiendo nuestra responsabilidad y parte de trabajo en el proceso de curación o mejora.
Nuestra enfermedad –más grande o más pequeña, más o menos importante- habla de desequilibrios, desajustes en nuestra vida y es hora de investigar profundizando en hábitos, comportamientos, actitudes, emociones, sentimientos. Todo ello conforma nuestra salud y nuestro bienestar.
Qué importa si tomas homeopatía, paracetamol, plantas, setas o te pones una cataplasma de arcilla. Lo importante es que seas consciente de cómo influye en tu recuperación tu actitud. Hazte responsable de todos los aspectos de tu vida: hábitos, alimentación, emociones, sentimientos… Y en estos días te cuesta lo mismo estar feliz que no. Porque los malos días, como los buenos, sólo tienen 24 horas.
¡Cordura y salud!
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